La vacuna contra la fiebre amarilla es un virus vivo atenuado y se da en una sola dosis. La persona vacunada no debe donar sangre por 14 días después de haberse vacunado, porque durante ese período hay riesgo de transmitir el virus de la vacuna por medio de productos de la sangre.
Se recomienda una dosis de refuerzo cada 10 años para las personas que siguen estando en riesgo de tener la enfermedad.